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Tánger estratégico

Y llegamos al lugar en el que comenzamos nuestro viaje y en el que concluye el de muchos otros.

Es un 28 de Junio. Mañana comienza el Ramadán. Mañana cogeremos nuestro vuelo de vuelta a Madrid. Mañana dejaremos Marruecos atrás. Tánger tiene que ver poco con las ciudades que hemos visto hasta ahora. Grandes avenidas, grandes centros comerciales y un gran paseo marítimo repleto de bares y discotecas le dan un cierto matiz de occidental, sino fuera por su Medina, el sello de todas y cada una de las localidades que hemos visitado en este país.

Al llegar comemos en un conocido establecimiento de comida rápida cuya marca no voy a decir y enseguida nos vamos a buscar el Hotel Marco Polo, en el paseo marítimo. Como os había dicho anteriormente, a medida que nos movemos por zona costera el precio de los alojamientos también va en aumento. 320 MAD cuesta la noche en este hotel. Aunque desde fuera parezca un edificio abandonado, una vez dentro es amplio y está bastante cuidado. Además está justo frente del puerto pesquero, es decir, entre la playa y la Medina.

Ojo a los buscavidas tanto, aquí como en otras ciudades. Ya os expliqué que hay varios parking en los que se puede aparcar con la ayuda de los hombres que allí se encuentran y al día siguiente cuando vas a buscar al coche les pagas lo que corresponda, normalmente 20 MAD por día. Son parking legales. Pero hay muchas personas que se aprovechan de esta circunstancia y que además tienen mucha habilidad para engañar al turista. Así que se quedan sentados en cualquier sitio donde haya zonas para aparcar esperando que aparezca algún coche, darle alguna instrucción para aparcar y después pedirle dinero. En teoría, aquellos gardiens de voitures legales deberían expedir un comprobante cuando les pagas para demostrar que trabajan para el gobierno. Las primeras veces, y más aún cuando es la primera vez que estás en el país, pagas para evitar problemas, pero cuando te cansas de que te vean como un estúpido, pones cara seria y les dices que no les vas a dar nada o ni siquiera les haces caso. Si no son guardianes legales desistirán porque pueden tener serios problemas al tratar de fingir que trabajan para el gobierno.Tánger es una ciudad que ha gozado siempre de importancia estratégica ya que es una de las principales entradas y salidas del continente africano por el Mar Mediterráneo. Fue colonizada por fenicios, griegos, bizantinos, romanos, vándalos, árabes, portugueses y británicos. Su nombre es la herencia de los griegos que la llamaron Tingis en honor a la amante de Hércules, aquel que separó Europa de África abriendo el Estrecho de Gibraltar.

La historia moderna de la ciudad comenzó con la concesión de Zona Internacional, mientras que el resto de Marruecos se repartió entre Francia y España. En 1956, tras la independencia del país fue devuelta a Marruecos.

Comenzamos la visita viendo el puerto pesquero colmado de barcos ya que, como nos había contado Mohammed, hacía poco había terminado la temporada de pez espada y debían recoger todo. Justo enfrente de la salida del mismo tenemos la cuesta que nos mete de lleno en la Medina. Una vez arriba a la derecha observamos de nuevo el Mediterráneo desde el Mirador de los cañones. Y exploramos la Medina. Y tiendas. Y fútbol.

Salimos de la Medina por la puerta principal, la Bab Fass con forma de herradura, a la plaza del Grand Socco. Desde allí bordeamos la Medina y subimos por la Rue de la Kasbah que nos lleva hacia la parte de la kasba, por cuya puerta volvemos a entrar en la Medina. Seguimos el muro, esta vez por dentro, y nos sorprende una puerta que sale al mar y a la que por supuesto nos asomamos. Se trata de otro gran mirador desde el que divisamos el Estrecho de Gibraltar en todo su esplendor con España al fondo.

Paseando por la zona un oficial de turismo nos entrega un mapa turístico de la Medina y cinco minutos más tarde nos ofrece “chocolate rico rico”. No es de extrañar teniendo en cuenta que en las montañas del Rif se esconde la mayor superficie cultivada de cannabis del mundo.

Tras una buena caminata bajamos hacia la playa y tomamos algo en uno de los bares que allí se ubican. Nuestra primera intención es tomar una refrescante cerveza, pero todo nuestro gozo en un pozo porque no ya no tienen nada de alcohol. Recordamos que al día siguiente empieza el Ramadán.

Cenamos en el conocido Restaurante Ali Baba, ubicado también en el paseo de la playa: dos pizzas contundentes y bebida 100 MAD. Una buena opción para la cena desde luego.

Domingo 29. Primer día de Ramadán. Tánger es un desierto. Poquísima es la gente que deambula por la calle. Los bares y tiendas que no están cerrados no sirven nada. El recepcionista del hotel nos da la dirección de un café que abre durante Ramadán para el turismo, pero no lo encontramos. Así que decidimos ir para el aeropuerto donde suponemos que la cafetería estará abierta. Además debemos entregar el coche y mirar si al final nos ponen trabas con el pasaporte.

El Ramadán es un mes lunar dedicado al ayuno. Desde que sale el sol hasta que se pone, los fieles tienen prohibido comer, beber, fumar, y tocar a la mujer, según Asís. Él mismo nos confesó que al caer la noche se fuma un paquete de tabaco para después llevar bien el día, aunque no ocurre lo mismo con la comida que dice ha de moderar para que no sea perjudicial. Comienza con leche, luego caldo, dulces, una naranja, etc.

El ayuno es obligatorio para todos los fieles ya que es uno de los cinco pilares del Islam junto con la profesión de fe, la peregrinación a la Meca, la limosna y la oración – han de rezar cinco veces al día -. Pero como toda regla tiene excepciones. Los enfermos, las mujeres embarazadas y las que estén con el periodo, y los niños que son enseñados poco a poco haciendo medio Ramadán, están exentos de dicha práctica. Las chicas por su parte comienzan a hacer el ayuno a partir de su primer periodo. Para el resto de la gente – dice Asís – es condición sine qua non hasta que no distingan el blanco y el negro. Si alguien decide no hacerlo y es visto fumando o comiendo por la calle puede tener problemas con sus iguales.

Mohammed también nos habló del ayuno en Asilah. Decía que desde la torre del pueblo toca una sirena para indicar el comienzo del Ramadán y todos los días cuando cae el sol vuelve a sonar para que todo el mundo corra a sus casas a comer con sus familias. Tras el banquete, todos salen a celebrarlo portando sus mejores galas. Dice que durante este mes también es importante ser bueno con la gente para que Alá lo vea. El ayuno para él no supone ningún sacrificio porque dice que así limpia el organismo.

Sea como fuere, siendo turista en el tiempo del Ramadán es de buena educación ser solidarios y respetar las costumbres, por lo que “allá donde fueres, haz lo que vieres”, al menos en público.Ramadán Mubarak!

Despegamos sin problemas.

Y al levantar el vuelo de vuelta a casa veo el Estrecho, ahora en todo su esplendor. Y pienso en lo insignificantes que son las fronteras cuando uno puede y quiere.

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